“Un paisaje dentro de una botella”. Lanzamiento de una nueva marca de vinos. El reto consistía en conseguir un packaging lo suficientemente diferencial y atractivo, que resumiera las ventajas del producto y fuese relevante para el público al que se dirigía la marca. Se trata de un producto con "terroir", que refleja las características de la zona dónde se sitúan los viñedos: en terrazas situadas en la montaña. Es un producto dirigido a gente joven pero aficionada al vino y abierta a conocer cosas nuevas. El trabajo abarcaba la selección de la botella, la etiqueta, el tapón y la cápsula. 

Buscaba conseguir con el packaging el mismo efecto que transmiten estos vinos al probarlos: trasladar al consumidor al lugar de origen. Para ello, me centré en captar la atención no solamente de manera visual, sino a través del tacto. Se eligió una botella singular (Bordelesa, la única en España) y poco común para los vinos de esa variedad y gama. Pretendíamos conseguir que la propia botella incluso sin etiquetar ya pudiese contar una historia, por eso se realizó una personalización que de forma circular representaba los diferentes suelos de las terrazas de montaña. El diseño de las etiquetas siguió esa misma línea: a través de formas geométricas abstractas se representó la disparidad de suelos y ubicación de los viñedos. 

Para la producción de las etiquetas opté por un papel con un tacto agradable y unos detalles con acabados en stamping oro. En cuanto a la cápsula, se seleccionó el estaño como material. El lanzamiento del producto fue un éxito, y se consiguieron los objetivos marcados por el cliente. 

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